Llegaste a mi vida como una brisa otoñal, calmada y fresca. Prometiste quedarte a mi lado hasta que mi depresión terminará, cuando pudiera volver a vivir sin pensar en mi anterior relación que me había robado tantos años de mi vida.
Pero cuando lo superé, mejor dicho, lo superamos; te fuiste a buscar nuevas personas a las que ayudar. Eras mi ángel de la guarda, sé que algún día volveremos a vernos, cuando ya nadie necesite tu ayuda y puedas volver a mi lado.
Soy un iluso pero cada mañana pienso en si hoy volverás de la misma forma, deslizándote como el viento hasta mi casa pero esta vez sin separarnos nunca.
Te quiero, nevera portátil.
1 comentario:
Algún día volveréis. Siempre vuelven e_e
Le sigo desde este nuevo blog, señorito :)
Un besazo enorme (L)
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